3)Llegada Tarde

Aqui esta el tercer cuentito...no quiero prometerles nada, pero tal vez salgan todos los jueves/viernes de cada semana.

Veo mi reloj que marca las 11 y 15 de la noche. “UUU, Kazmer nos va a matar”. Por mas paso apurado que llevemos con Jeto, será en vano. Para colmo, ya presiento que al llegar, la espalda de mi remera estara toda transpirada, esa transpiración fria que me embola, porque te da la sensación de que estas todo sucio…cuando te bañaste apenas hace 1 hora.
Ya te tiro la llave!!. Me dice Kazmer desde el 3 piso. 11 y 19 minutos.
NO!!!. Le digo yo. Siempre tengo miedo de que el racimo de llaves de Kazmer me perfore el cráneo. Pero siempre es demasiado tarde. Kazmer hace caso omiso a mi petición y siempre arroja el manojo , que invariablemente, se estrella una y otra vez contra la vereda de Moreno 161.
Subo con Jeto las escaleras corriendo. Para que? Ya llegue tarde.
Las escaleras del edificio de Kazmer me hacen acordar a las de las películas de narcos o policías, de esas en la que siempre suceden enfrentamientos a los tiros, y el milico o malviviente en cuestión va a los pingazos y tropezones por los escalones, mientras esquiva las balas de su rival o rivales, en el peor de los casos. De alguna manera, con los chicos traemos a colación esa similitud, y hacemos chistes sobre lo mismo. Las 11 y 23 minutos.
Apenas llegamos al piso de Kazmer, ya se escuchan los ladridos de la Shaky, y ahora también los de Memo, su cachorro. Los dos caninos salen a recibirnos contentos, con una ¿sonrisa? cuasi humana. No es el caso de Kazmer: “Sebastián! Era a las 11!”
Por más que trato, es imposible llegar temprano a la casa de este chico. El mundo conspira para que yo después me las vea, tratando de darle explicaciones o excusas. El problema, pienso yo, es que la ruta mas apropiada para llegar es la 25 de Mayo. Pero internarse en ella es como dejarse seducir por el canto de las sirenas: es el camino de las tentaciones. Vidrieras rebosantes de descuentos de final de temporada, que te obligan a que las aprecies; conocidos que se te cruzan y te dan charla, que tanto ellos como uno no ve la hora de que terminen, pero que sin embargo…; Chicas con sus prominentes glúteos paseándose por la gran pasarela de la ciudad; un bombardeo a los sentidos, un paquete multimedia del que nadie puede resistirse.
Disculpa, Kazmer. Es que me encontré con todo el mundo. Aparte Jeto se tenia que maquillar y se tardo como mil horas en el baño.
-Yo estaba listo hace un monton!!- replica Ale. “Jeto”, mi hermano menor.
-Bueno, pasen.- nos dice, como si se hubiese barajado la posibilidad de no permitirnos la entrada por haber llegado tarde, una vez más.